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jueves, 23 de abril de 2009

Bronquiolitis, 12000 casos en Tucumán...


Las epidemias mantienen en jaque al sistema de salud
La cantidad de problemas respiratorios que se presenta en el hospital pediátrico de la provincia de Tucumán, generó un clima de tensión entre profesionales y autoridades.
Cuando la provincia aún no logra dominar la epidemia del dengue, ahora una nueva ola de contagios masivos azota a los hospitales públicos y los ubica en una situación de colapso. La realidad alcanzó un nivel extremo ayer en el Hospital de Niños por la cantidad de pequeños pacientes con sus intranquilos padres que esperaban ser atendidos en los pasillos del establecimiento. Hasta los profesionales y enfermeras estallaron frente a la demanda de niños con problemas respiratorios, lo que los llevó a realizar una asamblea donde lanzaron duras quejas contra las autoridades sanitarias de la provincia reclamándoles mejores condiciones laborales, insumos y más personal. Es así que la epidemia de bronquiolitis desnudó serias necesidades en el centro asistencial pediátrico. El reconocido y combativo pediatra Angel "Chichí" González, se puso al frente de los reclamos. Indicó que en el hospital carecen de reactivos para identificar el virus que genera el mal respiratorio, no disponen de enfermeras suficientes, como así tampoco disponen de camas disponibles para internar a los pequeños. La cantidad de niños con bronquiolitis fue tal, que las autoridades sanitarias se vieron obligadas a improvisar una sala de internación abreviada en el subsuelo del hospital.
Síntomas
Los primeros síntomas de la bronquiolitis pueden confundirse con los de un resfrío común. El paciente sufre congestión, secreción nasal, tos leve, síntomas que al cabo de dos días manifiestan un agravamiento de la tos y la aparición de un sonido sibilante. En algunos casos se desarrolla dificultades respiratorias, marcadas por frecuencia cardíaca acelerada, hundimiento del cuello y el tórax en cada respiración, irritabilidad, con señales de fatiga y dificultades para dormir. El niño también puede presentar fiebre, falta de apetito y quizá vomite después de toser. Con menor frecuencia, los lactantes pequeños, especialmente los prematuros, pueden presentar episodios en los que dejan de respirar brevemente (lo que se denomina "apnea") antes de desarrollar otros síntomas. En los casos graves, los síntomas pueden empeorar rápidamente. Un niño con bronquiolitis grave puede cansarse por el trabajo de respirar y tener poca entrada y salida de aire en los pulmones, debido al taponamiento de las pequeñas vías aéreas. La piel puede tornarse azulada lo cual es más notorio en los labios y las uñas.
Fuente.ElSigloweb.COM
Nosotros vivimos el drama de la Bronquiolitis, y en segundos nuestro hijo menor, paso de ser un bebé saludable a estar internado en terapia Intensiva, y vivir pendientes del saturómetro.
ADRIANA

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