El 60% de la gente se queja por el impacto negativo del crack en sus vidas. Y el 41% cree que su situación todavía puede empeorar. Según un sondeo realizado en 22 países, la local es una de las poblaciones más pesimistas.
La Argentina se llevó “optimismo” a marzo. Una investigación determinó que la mitad de la población de todo el mundo considera que la crisis económica sorteó su etapa más complicada y que su situación personal no empeorará en los próximos meses. En la Argentina, los pesimistas disminuyeron sólo un 12% en el segundo trimestre del año y los que pronostican una mejora en su situación apenas aumentaron: pasaron del 8 al 11 por ciento. Sin embargo, los menos incrédulos consideraron que no se prevén cambios (del 36% al 45%) en desmedro de los que pensaban que se les venía el mundo abajo hasta hace tres meses (el 53 contra el 41 por ciento). Se trata de la tercera edición del estudio sobre la crisis global que realiza cada tres meses WIN, la Red Mundial Independiente de Investigación de Mercados que agrupa a las principales empresas de opinión pública del mundo, junto a la agencia IBOPE Inteligência. El informe reconoció también los distintos vaivenes que sufrieron las emociones de los encuestados cuando les tocaron sus bolsillos: en todo el mundo, el 54% respondió que había sido afectado de manera negativa por la situación y, en la Argentina, esa cifra trepó al 60 por ciento. La investigación se realizó de manera simultánea en 22 países, donde se encuestó a 21.088 personas. La Argentina se llevó los laureles entre los más pesimistas: “Entre los 22 países, el 45% cree que la situación seguirá igual en los próximos meses, el 19% cree que mejorará y un 31%, que empeorará. En la Argentina, el 41% cree que empeorará y sólo el 11% que la situación mejorará, mientras que el 45% no prevé cambios”. Las conclusiones del estudio fueron que el pesimismo decreció en los últimos meses pero que aún persiste una actitud de precaución y cautela, que la crisis tuvo efectos en la salud y la calidad de vida de las personas y que los recortes de gastos no se incrementaron en los últimos tres meses. Además, la mayor parte de los consultados no prevé que su sueldo siga deteriorándose: piensan que se mantendrá y que no es una buena época para inversiones en el mercado inmobiliario. En cambio, el nivel de confianza en los gobiernos y las instituciones bancarias no empeoró. Entre los países con un mayor número de optimistas, donde sus habitantes se vieron menos afectados psicológicamente por la crisis y realizaron menos recortes en sus gastos fueron Brasil, Canadá y la India. Entre los más pesimistas, los más afectados y restringidos en su consumo, están la Argentina, Francia, Japón, México e Islandia. El pesimismo de los ciudadanos no es lo único que se vio afectado por la crisis, ésta también tuvo consecuencias sobre la salud. Entre los efectos no deseados, los consultados en la Argentina hablaron del estrés (42%), la ansiedad (39%), los problemas de sueño (26%) y la depresión (20 por ciento). Los valores, de todas maneras, no estuvieron lejos de la media mundial. Los gastos que sufrieron mayores recortes fueron “los costos de telefonía móvil (del 49% al 39%) y las compras en el supermercado (del 72% al 63 por ciento). “Es importante señalar que, si bien es mucho menor la cantidad de ciudadanos con una perspectiva negativa, las opiniones siguen siendo cautelosas. El estudio no mostró que los ciudadanos crean que la situación es mejor, sino que aumentó el número de los que sintieron que la situación económica no empeorará”, concluye el informe.
La Argentina se llevó “optimismo” a marzo. Una investigación determinó que la mitad de la población de todo el mundo considera que la crisis económica sorteó su etapa más complicada y que su situación personal no empeorará en los próximos meses. En la Argentina, los pesimistas disminuyeron sólo un 12% en el segundo trimestre del año y los que pronostican una mejora en su situación apenas aumentaron: pasaron del 8 al 11 por ciento. Sin embargo, los menos incrédulos consideraron que no se prevén cambios (del 36% al 45%) en desmedro de los que pensaban que se les venía el mundo abajo hasta hace tres meses (el 53 contra el 41 por ciento). Se trata de la tercera edición del estudio sobre la crisis global que realiza cada tres meses WIN, la Red Mundial Independiente de Investigación de Mercados que agrupa a las principales empresas de opinión pública del mundo, junto a la agencia IBOPE Inteligência. El informe reconoció también los distintos vaivenes que sufrieron las emociones de los encuestados cuando les tocaron sus bolsillos: en todo el mundo, el 54% respondió que había sido afectado de manera negativa por la situación y, en la Argentina, esa cifra trepó al 60 por ciento. La investigación se realizó de manera simultánea en 22 países, donde se encuestó a 21.088 personas. La Argentina se llevó los laureles entre los más pesimistas: “Entre los 22 países, el 45% cree que la situación seguirá igual en los próximos meses, el 19% cree que mejorará y un 31%, que empeorará. En la Argentina, el 41% cree que empeorará y sólo el 11% que la situación mejorará, mientras que el 45% no prevé cambios”. Las conclusiones del estudio fueron que el pesimismo decreció en los últimos meses pero que aún persiste una actitud de precaución y cautela, que la crisis tuvo efectos en la salud y la calidad de vida de las personas y que los recortes de gastos no se incrementaron en los últimos tres meses. Además, la mayor parte de los consultados no prevé que su sueldo siga deteriorándose: piensan que se mantendrá y que no es una buena época para inversiones en el mercado inmobiliario. En cambio, el nivel de confianza en los gobiernos y las instituciones bancarias no empeoró. Entre los países con un mayor número de optimistas, donde sus habitantes se vieron menos afectados psicológicamente por la crisis y realizaron menos recortes en sus gastos fueron Brasil, Canadá y la India. Entre los más pesimistas, los más afectados y restringidos en su consumo, están la Argentina, Francia, Japón, México e Islandia. El pesimismo de los ciudadanos no es lo único que se vio afectado por la crisis, ésta también tuvo consecuencias sobre la salud. Entre los efectos no deseados, los consultados en la Argentina hablaron del estrés (42%), la ansiedad (39%), los problemas de sueño (26%) y la depresión (20 por ciento). Los valores, de todas maneras, no estuvieron lejos de la media mundial. Los gastos que sufrieron mayores recortes fueron “los costos de telefonía móvil (del 49% al 39%) y las compras en el supermercado (del 72% al 63 por ciento). “Es importante señalar que, si bien es mucho menor la cantidad de ciudadanos con una perspectiva negativa, las opiniones siguen siendo cautelosas. El estudio no mostró que los ciudadanos crean que la situación es mejor, sino que aumentó el número de los que sintieron que la situación económica no empeorará”, concluye el informe.
Fuente:Crítica Digital
Y sí, últimamente siento que si cae un rayo, me cae en la cabeza... y eso que en Angostura no hay tormentas eléctricas....
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