Un servidor público recién nombrado que estaba instalándose en su nueva oficina.
Al sentarse ante su escritorio por primera vez, descubrió que su predecesor le había dejado tres sobres con instrucciones que deberían abrirse únicamente en tiempos de angustia.
No habían pasado muchos días antes que el hombre entrara en conflicto con la prensa, así es que decidió abrir el primer sobre.
La nota decía: «Échele la culpa a su predecesor». Y eso fue lo que hizo.
Durante un tiempo todo anduvo bien. Pero unos pocos meses más tarde, de
nuevo estaba en problemas, así es que procedió a abrir el segundo
sobre.
La nota decía: «Reorganícese». Y eso fue lo que hizo.
Eso
le permitió disponer de más tiempo. Pero debido a que en realidad nunca
había resuelto ninguno de los asuntos que estaban complicándole la
vida, volvió a tener problemas, y esta vez, peores que nunca. De modo
que, desesperado, abrió el último sobre.
La nota adentro decía: «Vaya preparando tres sobres».
Gracias a Silvina , la prof. De Historia Contemporánea, que me contó esta historia ...
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